martes, 29 de marzo de 2016

¿Dónde dejé mi camiseta?

En una ciudad llamada La Coruña, ubicada en costa noroeste de la península ibérica acaba de terminar el último partido correspondiente al Grupo 1 del Campeonato Mundial de España 1982, la selección Peruana se despide del Mundial recibiendo 5 goles frente a la Polonia del gran Lato, el gol del honor lo convirtió el Tanque Guillermo La Rosa, 5 a 1 y se terminaba el mundial para nosotros, dos empates, una derrota, dos puntos conseguidos.
Los peruanos de esa época creen que el siguiente mundial será diferente, tienen un buen equipo y hay tiempo para trabajarlo, igual, el mundo ya sabe del toque privilegiado que poseen los futbolistas peruanos, con Franco Navarro, Juan Carlos Oblitas, Cesar Cueto y Julio Cesar Uribe el buen futbol está asegurado. 
–“Con más trabajo en el siguiente mundial la rompemos, solo queda esperar 4 años más”-, es lo que debe haber pensado la mayoría, es lo que pudimos haber  pensado nosotros en esa época, nunca se imaginaron que su espera, que nuestra espera, se devoraría generaciones enteras matando la ilusión de muchos a través de los años.
Porque esa espera tan larga y tan nuestra va despedazando la ilusiones de miles, ilusiones que a su vez no dejan de renovarse cada vez que empieza otra eliminatoria convirtiéndose así en un círculo vicioso, un circulo cruel que nos paraliza y al final da lo mismo los resultados, los goles a favor, los goles en contra, da lo mismo todo porque al final  todos ya sabemos cómo va a terminar esta historia y es que nadie se imaginó que esa espera se prolongaría agónicamente a través del tiempo y que hoy exactamente son 34 años, toda una vida y parece que serán 4 más,





Y así ha pasado el tiempo, viendo tantos mundiales por tv, gritando goles de otros, renegando penales cobrados a otros equipos, cuando de pronto te das cuenta que 34 años después de aquel partido de España 82, aun después de todos esos años estas sentado, con tu camiseta de Perú, del jugador que desees, a punto de ver un partido que  todos dicen que es ganable, un partido que es un triunfo seguro para recuperar los puntos que hemos perdido, ante un rival accesible, un rival que no le ha ganado a nadie, que tiene 0 puntos, es la oportunidad perfecta, ¿Cuándo ha sido Venezuela?, esos tipos no saben jugar al futbol, escuchas a un amigo decir que son unos limitados y tú le crees, porque sabes que es cierto, ¡Carajo, este partido lo ganamos porque lo ganamos!, y ahí estas, te acabas de parar, acaba de sonar el himno, cantas, le dices a tus amigos “PARENSE, CANTEN EL HIMNO”, mano al pecho, somos libres seámoslo siempre, termina el himno, “VAMO PERU CARAJO”, aplaudes, te sientas con esa emoción de ver a los 11 que están representando a tu país, a los 11 tuyos, a los 11 nuestros con la blanquiroja en el pecho, crees que es posible y más aún cuando ves que empezamos bien el partido, una, dos opciones claras falladas – “La tercera es la vencida, a la otra Paolo la clava”- solo es cuestión de tiempo para que llegue el Gol peruano, estas aguantando el grito, van pasando los minutos, se escucha un pitazo, el árbitro corre con la mano señalando el punto medio en el área Peruana, ¿Penal?, si, penal para ellos y lo ves al Venezolano parado frente a la pelota, solo frentea Gallese, le tienes fe, tiene la ilusión de millones en esos guantes,  juntas las manos, agachas la cabeza, rezas, empieza el trote del Venezolano, Gallese se estira, Gol Venezolano, calma, calma, aún queda todo el partido por delante, la eliminatoria pasada empezamos perdiendo también y lo volteamos, ¿Te acuerdas?, doblete de Jeffry y listo, aún queda todo el segundo tiempo, le vamos a dar vuelta seguro, esos Venezolanos son limitados, ¿en verdad lo son?, si , necesitas creer que sí, necesitas creer que somos mejores jugando al futbol que ellos, aunque en el fondo sabes que no es cierto, que no somos mejores, que quizá lo fuimos, pero ha pasado tanto tiempo que nos olvidamos de cómo se juega al futbol, no, no, imposible, quieres creer que seguimos siendo mejores, crees que igual les vamos a ganar y de pronto, corner, el balón se pasea en el área, llega directo hacia el pie de un Venezolano ¿otro gol? ¿no se suponía que éramos mejores? ¿2 a 0?, ahora todos son culpables, Ascues, Paolo, Pizarro, todos son los villanos de esta película, todos menos nosotros ¿Tenemos culpa de creer?, entras en un trance, no piensas, no sientes, no hablas con nadie, tu amigo al que no le interesa el futbol sigue igual hablando por su celular, todos los demás miran la tv sin entender, estas dormido, solo el gol agónico de Ruidiaz te despierta, no terminas de celebrar el empate y el partido termino, te quitas tu camiseta, reniegas, insultas, te culpas a ti mismo por creer,  no tenemos equipos le dices a todos, ¿Equipo? ¿Podemos pedirle a 11 tipos que sean un equipo?, nunca hemos sido un equipo como país, como sociedad pero les exigimos a ellos que lo sean, culpas a todo el mundo, no quieres saber nada mas de futbol, tienes que aguantar el “te lo dije” de los pesimistas, el siguiente partido es imposible ganarlo, contra Uruguay, un Centenario repleto, regresa el mejor delantero del mundo que juega para ellos y justamente  fue el que mato el solo todas nuestras ilusiones la eliminatoria pasada, 


                                     

Este empate contra Venezuela te devolvió a la realidad, nos van a golear en Montevideo, sería mejor que ni jueguen ese partido, no piensas verlo, no quieres sufrir mas, los días van pasando, la rabia queda, siempre es lo mismo, así nunca iremos a un mundial, juras que no te volverás a ilusionar, que ya fue suficiente, que esta eliminatoria acabo para ti, no quieres saber nada mas de futbol,  no piensas ponerte esa camiseta de Perú en mucho tiempo.

Han pasado 5 días, Martes 29 de Marzo, llegas a trabajar, no has pensado en futbol desde que termino aquel desastrozo partido contra Venezuela, “Hoy juega Perú no?”- te pregunta tu jefe- “sí, creo, no estoy seguro”, mientes,  porque si estas seguro, porque sabes perfectamente que hoy día jugamos a las 6 de la tarde., sabes hasta la alineación de Uruguay para hoy día, sabes que entra Ramos y Rodriguez en la zaga y que Ascues va a jugar en el mediocampo junto a Tapia. 
Pero no, quieres negarlo, simulas que te importa poco o nada el partido de hoy– “tú crees que ganemos”-te vuelve a preguntar tu jefe, que gusto de seguir atormentándote -“no lo sé doctor, no creo”- le respondes seco, cortante como para convencerlo a él y convencerte a ti mismo que el futbol a tí ya no te importa, pasa la mitad del día, tres personas te han preguntado si crees que podemos ganar, evadiste dos, la tercera sin querer soltaste un “Quizá,uno nunca sabe,es futbol”, ¿Qué pasa? ¿ De verdad crees que podemos ganar? uno nunca sabe, quizá nos sorprenden, no, no, no, ya no, ya no volverás a ilusionarte, no volverás a ponerte esa camiseta, no volverás a cantar ese himno antes del partido, no volverás a esperar nada de esos 11 tipos que solo te han dan amarguras, que se joda el futbol, va siendo la 1  de la tarde, sales a almorzar, no quieres pensar en la selección, no quieres pensar en que derrepente si hoy día sacamos los 3 puntos aún se puede, no quieres pensar que en el futbol todo puede pasar, no quieres pensar que quien sabe hoy día ganamos y nos metemos en la pelea, no quieres pensar en nada que tenga que ver con futbol, no te volverás a ilusionar, prefieres escuchar música en vez de poner la radio, vas pensando las mil cosas que tienes que hacer en la tarde y solo te preguntas ¿Terminare todo mi trabajo antes de las 6?,  terminas de almorzar, regresas a tu oficina, encuentras a un compañero que también acaba de llegar  y te pregunta-¿Cómo la ves hoy día?- tu recuerdas todo lo que has pensando en estos días, no más futbol, no más eliminatorias, no te volverás a ilusionar y sin pensarlo le dices “HOY GANAMOS SI O SI VIEJO, TEN FE” y piensas ¿Dónde dejé mi camiseta de la selección?.





Au revoir Shoshana.

- Andree Pesantes